S’aimer avant d’aimer les autres

Ámate a ti mismo antes de amar a los demás.

Escuchamos esta frase a menudo, en todas partes, todo el tiempo, como si fuera algo inextricable, algo que sucede sin que realmente lo esperemos. Nos dicen “si no te amas a ti mismo, cómo esperas que te amen los demás” cuando, aunque nos han enseñado a leer, a contar de dos en dos y a atarnos los zapatos (para los que tienen la ref: consultar) , nadie nos ha enseñado jamás a amar, a amarnos a nosotros mismos.

"Si no te amas a ti mismo, ¿cómo esperas que los demás te amen?"

Aprendemos desde muy temprano que el amor es algo modesto, un poco tranquilo, hay que callarse sobre amar. A menudo nos preguntamos quién dijo "te amo" primero: ¿fuiste tú, fui yo? ¿Cuándo comienza el amor y cuándo termina? ¿Se puede amar a dos personas al mismo tiempo? ¿Puedes engañar y aún amar a la persona?

Son preguntas que siempre surgen, pero que tienen un punto común: el amor se percibe, se vive como externo. En el fondo, muchas veces tenemos miedo de que el otro deje de amarnos y transfiera este amor a otra persona. Entonces nos ponemos celosos, imaginamos que él o ella podría encontrar a alguien mejor, más interesante, más divertido. Y si, y si… pero la realidad es esta: tantas parejas se rompen, tanta gente se desenamora, a pesar de haber experimentado un amor profundo, sincero y aparentemente perfecto.

Mi teoría es la siguiente: las personas se juntan inicialmente porque admiran algo en el otro, una especie de fanitud (una palabra que probablemente no existe pero que aprecio). Cuando amamos, tenemos una especie de efecto “wow” frente a la persona que conocemos. Tratamos de ver complementariedad en los demás porque creemos que necesitamos que los demás nos sintamos completos, que sean una persona completa.

“Todo en este mundo sugiere que la pareja es el Santo Grial”

¿Quién puede culparnos? Todo en este mundo sugiere que la pareja es el Santo Grial, lo último, el fin de la epopeya. En definitiva, somos sólo planetas obsesionados con el sol del universo, el amor, olvidando a menudo que esta misma fuente de vida también puede ser la causa de muchas dolencias, como quemaduras o incluso cáncer. ¿Qué pasaría si, en última instancia, tuviéramos que prepararnos antes de exponernos? ¿Y si tuviéramos que estar preparados para este encuentro solar? Con esto quiero decir que es fundamental fortalecer nuestra resiliencia, protegernos antes de exponernos al amor de los demás. En otras palabras, la mejor manera de prepararse para una relación romántica es empezar amándose a uno mismo.

Entonces hablé mucho, lo admito. Quizás mi metáfora solar no sea la más relevante (cuéntamelo en los comentarios), pero sígueme en esta reflexión. El amor propio es un proceso. No es algo que se pueda adivinar, especialmente cuando no se conocen los conceptos básicos o la estructura. Es como si te pidieran construir un edificio sin haber estudiado arquitectura o hacer una voltereta hacia atrás sin haber hecho nunca gimnasia. Entonces, cuando de repente, después de 25 o 30 años, escuchamos por todas partes "ámate a ti mismo antes de amar a los demás", entiendo que podemos sentirnos abrumados. Siempre nos han enseñado a hacer y a tener, pero nunca a ser.

Humildemente intentaré darte 4 herramientas para desarrollar el amor propio, aunque como te comenté, todavía estoy construyendo mi propia autoestima.

  1. Identificar momentos y lugares de malestar y falta de confianza.
    Siempre hay momentos en nuestra vida en los que nos sentimos fuera de lugar, como si estuviéramos allí por error. No nos sentimos completos, vivos. Identifica estos momentos y anótalos (en un iPhone por ejemplo) para hacer un autodiagnóstico. La idea no es sólo anotarlos, sino también analizarlos y entender por qué aparecen esos sentimientos. Luego, intenta eliminar gradualmente estos entornos tóxicos, empezando por las personas que te menosprecian y no te ayudan a aprovechar la mejor versión de ti mismo.
    Según la teoría de la autodeterminación de Deci y Ryan, la necesidad de competencia y autonomía es esencial para el bienestar psicológico. Identificar y comprender estos momentos de malestar puede ayudar a restaurar una sensación de control y competencia en nuestras vidas .

  2. Observa tus pensamientos y ahuyenta los pensamientos negativos sobre ti y los demás.
    ¿Sabes que muchas veces la crítica que hacemos a los demás es también la crítica que nos hacemos a nosotros mismos? Seamos amables con nosotros mismos y con los demás. Se comienza observando nuestros pensamientos, especialmente aquellos que no nos sirven, como “estoy demasiado gorda”, “no soy guapa”, etc.
    Las investigaciones en psicología cognitiva muestran que los patrones de pensamiento negativos pueden provocar trastornos del estado de ánimo, como ansiedad y depresión. La terapia cognitiva basada en la atención plena (MBCT) es eficaz para reducir estos pensamientos negativos al fomentar la conciencia sin prejuicios sobre nuestros pensamientos .

  3. Cuidarse.
    Evidentemente, esta es una de las formas más efectivas de desarrollar el amor propio. Cuidándonos aceptamos que “valemos la pena”, como diría L’Oréal, que somos dignos de placer. Tómate el tiempo para utilizar productos que sean buenos para ti, para comer alimentos que contribuyan a tu buena salud. Observa lo bien que te sientes cuando adoptas hábitos que promueven tu bienestar. Sentirse bien es el comienzo del amor propio.
    Los estudios de neurociencia muestran que cuidarse, incluido el ejercicio y una dieta saludable, puede cambiar la química del cerebro al aumentar los niveles de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están asociados con el bienestar y la regulación del estado de ánimo.

  4. Pasa tiempo contigo mismo

    Además de las herramientas anteriores, es fundamental pasar tiempo a solas contigo mismo. Acepta estar en tu propia compañía, solo contigo mismo. Tómate el tiempo para dar un paseo solo, meditar, hablar contigo mismo o incluso escribirte historias. Este momento especial contigo mismo te permite conocerte mejor, fortalecer tu autoestima y explorar tu propia creatividad. Aprovecha estos momentos de soledad para reconectarte con tus pensamientos más profundos y cultivar una relación positiva contigo mismo.

Gracias por leer, tengo otros pequeños consejos para implementar, déjame saber si te interesa :).

Hasta pronto,

D.

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